Destinos de interior

Mallorca no es solo un destino de sol y playa. El interior de la isla supone adentrarse en la Mallorca más rural. Es el destino ideal para los que buscan la calma, alejado de los populares núcleos turísticos.

En los pueblos, especialmente en los más pequeños, la vida transcurre más despacio y se respira un aire de autenticidad. Conoce su patrimonio: iglesias parroquiales, ermitas, conventos, molinos... pasea por sus mercados semanales o participa en sus festividades y celebraciones, la manera perfecta de impregnarse de la Mallorca más tradicional. 

Además de pueblos con encanto, numerosos planes te esperan, muchos de ellos apropiados para realizar en familia: senderismo y paseos en bicicleta; excursiones a ermitas y santuarios; visitas a possessions, antiguas casas solariegas, o itinerarios guiados a bodegas, almazaras, talleres artesanos, etc. 

El paisaje del interior es variado. Combina encinares, pinares y garrigas con campos de cultivo de secano: cereales, almendros, algarrobos, olivos, viñedos… La estampa de los campos de almendros en flor que acontece en invierno, entre los meses de enero y marzo, enamora a todos los viajeros que recorren esta parte de la isla. Aunque se trata de un territorio mayormente plano, el terreno también presenta algunas elevaciones y zonas de montaña.

En cuanto al alojamiento, existen diferentes opciones. Desde hoteles de interior situados en los centros urbanos de los pueblos hasta hoteles rurales y fincas con actividad agraria (agroturismos). Incluso algunos santuarios ofrecen sus estancias para los que deseen un retiro en un entorno más espiritual.

La oferta gastronómica es también muy variada. En los pueblos del interior abundan los restaurantes de cocina local y los típicos cellers, antiguos locales donde se elaboraba y maduraba el vino, y que se transformaron en restaurantes de cocina tradicional.

Mallorca es mucho más que un destino de playa. Explora su interior y descubre su esencia; la Mallorca más auténtica.